Tras la celebración de los dos primeros congresos acerca de la arquitectura española de los años cincuenta, en los que, de alguna manera, se pretendió sentar ciertas premisas que permitiesen establecer unas coordenadas útiles para enmarcar y catalogar los hechos que la definieron, y las actitudes de sus protagonistas principales, así como para acotar el campo de investigación, definiendo su espacio propio, en este tercer Congreso el tema elegido representa un intento incipiente para comenzar a exponer y clarificar, desde sus raíces, las razones que los motivaron, y el modo en que se llegaron a formular de esa y no de otra manera.